jueves, 26 de abril de 2012

Ciclos históricos


Es curioso que aquello que quienes no conocen la historia son propensos a repetirla. A Argentina no le quedó claro que no se deben tocar los juguetes de los demás después de los rifirafes con Gran Bretaña. Nuestro Margaret Thatcher con barba no se liará a pegar cañonazos por las buenas pero si Argentina hace amigos raros es probable que todo acabe como con lo de Nasser en el 51.

De hecho, si uno se fija, el desarrollo de los eventos es prácticamente el mismo que se dió con la ocupación del Canal de Suez y el embargo de la compañía anglofrancesa que lo operaba (y otras tantas cosillas en el panorama internacional).

Una acción como la de Argentina es tan irresponsabe y peligrosamente tonta como una bolsa llena de martillos. Si la juvetud vandálica ya está a la que salta con  la subida de las tasas universitarias solo nos falta que tengamos una "acción policial" al estilo de la Korea de los cincuenta en sudamérica, con sus correspondientes levas y relcutamientos juveniles.

Cierto que sería más bonito, históricamente hablando, que la última gesta militar española fuera algo distinto a la recuperación de cierto pedrusco marino con nombre de condimento. Volviendo a las levas, teniendo en cuenta el ni-nineo del que la juventud española es partícipe, habría al menos una cierta ocupación o, como mínimo, formación de gente joven que paliaría, en cierto modo, el estado en el que España se encuentra. No hablo de la reinstauración del servicio militar obligatorio aunque creo que haría más bien que daño con los recreos educativos del soldado.

Sin animo de ser belicista, pocas opciones le han quedado al país para desnacionalizar lo nacionalizado por Cristina Fernández. Además que, si se nacionaliza algo, se nacionaliza bien nacionalizado, no discriminando entre inversores, por que ni a argentinos ni a estadounidenses se les ha molestado. Claro está que nadie tira piedras sobre su propio tejado ni escupe en el plato del padre de família. Un compañero de estudios mío quiso abogar el otro día por la actuación de la Presidenta Fernández de Kirchner diciendo que esta expropiación se hace para construir escuelas y similares: nada más lejos de la realidad.

Es desastroso que esté tan de moda el robinhoodismo por parte de administraciones públicas y gobernantes; esto puede ser el más efectivo método para dirigirnos a la más profunda de las anarquías jurídicas. Si ya somos el bufón de Europa, debemos aprovechar esta ocasión para desnacionalizar lo nacionalizado, por no decir recuperar lo usurpado y mostrar que no somos un país de jarana y pandereta.

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